Tratamiento de fangos
Una gama completa:
Tamizado – Espesamiento – Deshidratación – Secado
El principal residuo obtenido en las depuradoras es el fango producido por los tratamientos mecánicos, biológicos y físico-químicos.
El volumen de fango producido depende de las características del agua a tratar, de los procesos empleados y del tamaño de la planta. Por habitante equivalente se pueden obtener aproximadamente entre 20 – 45 kg por año, según la aplicación.
Entre las características del fango que son decisivas para el coste de eliminación, el contenido en agua juega un papel fundamental, ya que determina las propiedades del fango y, por tanto, las facilidades y los costes a la hora de transportarlo y eliminarlo. El contenido en materia seca varía dependiendo del tipo de fango y del método aplicado en su manipulación.
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También la composición química depende de la calidad del agua residual y del tratamiento aplicado. Una cuestión muy importante es el contenido de metales pesados ya que es un factor limitante para la reutilización del fango en la agricultura. Últimamente, se ha detectado en repetidas ocasiones que esta vía de eliminación no es tan segura como se había considerado durante mucho tiempo. Aun cuando el uso en tierras de cultivo se lleva a cabo dentro de los límites que establece la legislación, se ha podido observar la acumulación de metales pesados en el suelo. Además, los fangos contienen sustancias endocrinas, lo que produce un aumento importante de estas sustancias en el suelo al esparcirse el fango en los campos agrícolas.
Por otro lado, la normativa Europea de vertederos establece un contenido en materia orgánica máximo del 5%, por lo que la eliminación de los fangos en vertederos dejará de ser factible.
Si el fango secado se incinera, se puede aprovechar la energía contenida en el fango, cuyo poder calorífico es similar al del lignito.
Para ello, HUBER ofrece un programa completo de equipos para el tratamiento de los fangos.